El encurtido es una técnica de conservación donde el alimento, generalmente de origen vegetal, se sumergen en vinagre. En España, el más popular son las aceitunas de mesa o el mix de aceitunas, cebollas y pepinillos pero es posible jugar con más alimentos que pueden resultar en un delicioso aperitivo o acompañante de otros platos.
La remolacha o betabel es la raíz profunda que crece en la planta homónima. De un intenso color violáceo por dentro, la remolacha es una alimento con un bajo contenido calórico (35 kilocalorías por 100 gramos consumidos).
Junto a a la cebolla podemos elaborar un rico encurtido casero, una técnica muy sencilla que requiere de un poco de paciencia pero eleva los platos y, para qué engañarnos, queda muy bien ofrecer esta elaboración casera cuando se suele comprar en supermercados. Podemos disfrutar de este encurtido por sí solo, como un aperitivo, en tostas o añadirlo a ensaladas.
Podemos añadir un poco de azúcar si queremos rebajar el sabor del vinagre.
Para hacer encurtidos es crucial tener tarros o frascos de vidrio herméticos.
Como explica 20minutos, la remolacha está "llena de nutrientes como proteínas, fibra, minerales como el potasio y vitaminas como los folatos". Es ideal para incluir em dietas de control de peso pues alberga un bajo contenido calórico y por otro lado, cuenta con "con propiedades antienvejecimiento y muy rica en fibra para prevenir el estreñimiento", según afirma QuirónSalud.
Según el Ministerio de Agricultura, el cultivo de remolacha se remonta al siglo II a.C. Las antiguas civilizaciones consumían las hojas y la raíz se destinaba como medicamento para los dolores de muelas y de cabeza. Se conoce que los romanos consumían pero no es hasta el siglo XV cuando retorna a las dietas, en concreto las de ingleses y alemanes.
Actualmente, es una raíz extendida en los países de clima templado, los mayores productores son Francia e Italia y dentro de España. Además, se puede consumir todo el año.
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